¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de cuello uterino?

Según estudios realizados por la Coalición Nacional del Cáncer Cervical (NCCC, National Cervical Cáncer Coalition) el virus del papiloma humano (VPH) ha sido encontrado en cérvix del 99% de los casos de cáncer, convirtiéndolo en uno de los factores de riesgo más importantes a tener en cuenta.

La infección por el virus del papiloma humano afecta a las células de la superficie de la piel y aquellas que cubren los genitales, el ano, la boca y la garganta y puede transmitirse a través del contacto durante las relaciones sexuales, incluyendo coito vaginal, penetración anal e incluso durante el sexo oral.

El VPH no suele presentar síntomas, por lo que su detección temprana es imprescindible a la hora de combatirlo, con una probabilidad de cura del casi 100%. Cierto, la mayoría de las personas pueden eliminar la infección por sí mismas. Sin embargo, existen casos en las que esta no desaparece, se vuelve crónica y eventualmente puede devenir en ciertos tipos de cáncer como el del cuello uterino.

Otro factor de riesgo conocido es el tabaquismo, con sustancias químicas cancerígenas que no sólo afectan directamente los pulmones, sino que también se han encontrado en la mucosidad cervical de mujeres fumadoras, comprobando el daño que pueden producir a las células del cuello uterino. De ello, diversos estudios afirman que las fumadoras tienen aproximadamente el doble de probabilidades de contraer este tipo de cáncer que las no fumadoras.

En la lista de los factores de riesgo también se puede mencionar la deficiencia del sistema inmunológico, ya sea por enfermedades como el VIH o causas externas, el uso prolongado de píldoras anticonceptivas (más de 5 años), muchos embarazos continuos e incluso, el embarazo a una edad muy temprana. Este último con referencia a un estudio que asegura que las mujeres que tuvieron su primer hijo a los 17 años o menos, son casi dos veces más propensas a tener cáncer de cuello uterino que aquellas que tuvieron su primer embarazo después de los 25 años.

Por último, están los antecedentes familiares de cáncer de cuello uterino. Un factor muy importante que, a pesar de no poder manejarse, sí es capaz de generar mayor estado de prevención. Se afirma que si una madre o hermana ha padecido de cáncer de cuello uterino, las probabilidades aumentan de dos a tres veces respecto de una persona en cuya familia no se ha presentado este mal.

Así es, una vez más queda comprobado, la detección temprana es lo más importante. Si tienes dudas o necesitas ayuda, contáctanos para comentarnos tus inquietudes.