En un país en donde, según las cifras oficiales, el cáncer de estómago ocupa la primera posición de casos de mortalidad, es imprescindible conocer más de la endoscopia, un chequeo preventivo que podría salvarnos la vida.
En especial si tenemos en cuenta que el cáncer gástrico suele ser asintomático (sin síntomas) durante sus primeras etapas y que éste examen podría ser la única diferencia entre detectar la enfermedad a tiempo de tratarla o no.
¿Qué es endoscopia?
La endoscopia es un procedimiento médico en el cual se utiliza un instrumento llamado endoscopio para examinar el revestimiento interno del cuerpo. El endoscopio es un tubo delgado, por lo general con una fuente de luz y una pequeña cámara de vídeo, que permite al especialista una revisión detallada a través de imágenes que se transmiten hacia una computadora.
Dependiendo del área del cuerpo a examinar, el endoscopio puede ser introducido a través de la boca, el ano, la uretra e incluso en algunos casos, a través de un pequeño corte en la piel.
Sin embargo, el nombre de endoscopia (endoscopia superior) se usa comúnmente para aquel examen que se inicia en la boca, pasa por el esófago y estómago, hasta llegar, como máximo, a la parte superior de duodeno.
Endoscopia en el diagnóstico del cáncer
La detección temprana es fundamental en el tratamiento de cualquier cáncer, por lo que muchas veces, algunos síntomas llevan al médico a optar por este procedimiento en busca de respuestas. Por ejemplo, una laringoscopia para examinar las cuerdas vocales en caso de enrojecimiento prolongado o una endoscopia superior en caso de personas con problemas al tragar.
Exámenes como la colonoscopia y la sigmoidoscopia han llegado un paso más allá, como procedimiento para detectar e, incluso, prevenir el cáncer de colon y recto. Y es que de encontrarse algún pólipo que pudiera convertirse en cáncer durante el examen, es posible la extracción inmediata.
Endoscopia y Biopsia
Como recordarán, la biopsia es tal vez la mejor forma de determinar si un crecimiento o área sospechosa del cuerpo es cáncer o no y por suerte, durante el mismo examen es posible extraer una muestra de tejido para diagnosticar con total certeza la presencia de la enfermedad o, en todo caso, determinar su extensión (si ya se hubiese confirmado).
El endoscopio permite este tipo de procedimientos, gracias a que suele contar con un dispositivo quirúrgico en el extremo que ingresa al cuerpo; así, la muestra puede extraerse de forma segura y luego someterse a análisis.
Endoscopia en el tratamiento contra el cáncer
Por las características descritas, el endoscopio puede utilizarse para extirpar o destruir algún cáncer pequeño. Desde luego, con el acompañamiento de instrumentos similares a un pequeño cauterizador o láser en uno de los extremos, se puede quemar o vaporizar los crecimientos.
Avanzando un paso más, la endoscopia ingresa a la rama de cirugías mínimamente invasivas, de la mano de la más conocida de ellas, la cirugía laparoscópica. Se trata de un procedimiento en el cual se realiza una incisión muy pequeña para introducir un dispositivo de video endoscópico que le permitirá al cirujano ver el interior del cuerpo durante la operación.
Por último, la endoscopía también puede utilizarse para aliviar los síntomas del cáncer en etapa avanzada, el llamado tratamiento paliativo. Con procedimientos que, por ejemplo, pueden ayudar a la eliminación de obstrucciones en las vías respiratorias o en el tracto digestivo.
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